Los Jardines Butchart son todo un paraíso para los amantes de la jardinería. Ocupan una vieja cantera y cuentan con más de 900 especies de plantas.
Los Jardines Butchart son uno de esos lugares idílicos que merece la pena descubrir. Creados gracias al amor por las plantas de Jennie Butchart, ofrecen a sus visitantes la oportunidad de perderse en un paisaje de gran belleza. De hecho, es uno de los destinos más visitados por los turistas que llegan a la isla de Vancouver en Canadá.
El origen de los Jardines Butchart es muy especial. Se encuentran en Brentwood Bay, un pequeño pueblo de la isla de Vancouver, en Canadá. La historia de estos jardines comienza en 1904, cuando Robert Pim Butchart, que había desarrollado una planta de cemento, abandonó la cantera que explotaba.
Fue entonces cuando su esposa Jennie inició un proyecto para aprovechar los pozos de la cantera, revistiendo el suelo para crear un jardín. Años más tarde, en torno a 1929, los Butchart crearon varios jardines temáticos, entre ellos un jardín japonés cerca de la costa, un jardín italiano y un jardín de rosas.
Sería el nieto de los Butchart quien dedicaría más de 50 años de su vida a transformar el jardín no solo en un lugar donde pasear, sino ofreciendo actividades como conciertos al aire libre.
En los años 60, el jardín ya gozaba de fama internacional y los beneficios obtenidos sirvieron para incluir más eventos temáticos, sobre todo relacionados con las diferentes estaciones. Finalmente, en 2004 los jardines se incluyeron en el patrimonio histórico y nacional del país. 🌿
Foto Freepick.com
Hoy en día, los jardines reciben a miles de turistas que vienen no solo para disfrutar de las numerosas variedades de plantas de cada temporada, sino también para pasar el día disfrutando del resto de actividades que aquí se ofrecen.
Al visitar los Jardines Butchart, ocuparemos un área de más de 20 hectáreas por las que podremos pasear y descubrir la belleza de cada uno de sus rincones. El recinto está preparado para que toda la familia pueda disfrutar del paseo, incluso hay caminos accesibles para sillas de ruedas.
Siguiendo el recorrido de la visita, encontraremos en primer lugar el jardín hundido. Podremos disfrutar al completo de sus vistas desde un mirador que se encuentra junto a él y que ofrece una panorámica maravillosa. Este jardín es uno de los más fotografiados no solo por su belleza, sino también por su valor histórico, ya que fue el primer jardín construido por los Butchart.
Sin alejarnos mucho de este primer jardín, encontraremos la conocida Ross Fountain. Y ya un poco más adelante, daremos con varios elementos llamativos: la fuente del dragón, dos tótems y hasta un tiovivo. Toda esta zona, perfectamente decorada, es donde suelen celebrarse los conciertos y un espectáculo de fuegos artificiales en verano.
Continuando la visita, llegaremos al jardín de las rosas, repleto de estas flores espectaculares. Cada variedad de rosa cuenta con su propio cartel para que aprendamos un poco más sobre ellas. También se encuentra aquí el pozo de los deseos.
Siguiendo con la visita, llegamos al jardín japonés, donde encontraremos un pequeño bosque de bambú que se extiende hasta un pequeño embarcadero. El recorrido termina en los jardines italiano y mediterráneo, que son bastante más sencillos que los anteriores, aunque también aportan su encanto al recinto.
Para disfrutar al máximo de la visita, aunque el complejo se puede recorrer en unas dos horas, es recomendable echar un vistazo a las actividades propuestas por el jardín. Además, se puede comer en cualquiera de sus dos restaurantes. De hecho, dependiendo de la época del año, se incluyen puestos de comida típica. También hay tiendas de souvenirs y otros servicios. Por último, los jardines ofrecen diferentes actividades dependiendo de la época del año, así que si queremos ver un tipo de flores o simplemente disfrutar de actividades como sus famosas cenas de Navidad o el espectáculo de fuegos artificiales, merece la pena planear el viaje con antelación.
Los Jardines Butchart son un lugar mágico que combina la belleza natural con el arte de la jardinería. ¡No te los puedes perder si visitas la isla de Vancouver en Canadá!
